miércoles, 11 de julio de 2007





La princesa de Gibralfaro caminaba por los pasillos adoquinados, suspiro tras suspiro, la princesa de Gibralfaro.
Los pasos derramados de melancolía, la princesa en su castillo.


Y en un lugar tan hermoso, alguien pudo haber llorado.

Llantos medievales en magia. Lágrimas encantadas regadas por la Alcazaba.

Las fotos turistas, inmortalizando dolor ancestral plasmado en cada torre Malagueña.

Y la princesa, ay la princesa!.

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